martes, 10 de junio de 2008

Calor

La aurora de dedos rosados rasgó, con sus muertos, el levante. Amanecía y ya, tan de buena mañana, 42 grados centígrados con todas sus sílabas. Ni los aparatos ni la red daban a basto. Los desmayos en la oficina se sucedían sin mucho orden: ora 20' de normalidad ora tres bajas en un breve lapso.

Un día propicio para que emergieran espontáneamente mis superpoderes.

A las 15.00 acaba el día laboral. Un sol vertical y enemigo taladraba asesino los cráneos y chamuscaba los cerebros, los pies, las manos, el asfalto... No había escondite posible. Temperatura: 71 grados. 6 centímetros de sombra derretida adheridos a la pared... y entonces se revelaron. Y desde entonces visto de verde y con los calzones por fuera, ahora soy, llamadme así, lagartijoman.

2 comentarios:

Paola Bravo dijo...

Jejeje, muy propicio para esta época estival!

Curro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.